El hábito compulsivo de comerse las uñas es una enfermedad, considerada una psicodermatosis, llamada onicofagia, mientras que quienes se comen los pellejitos de los dedos sufren una manía conocida como onicotilomanía.

La doctora Rosa María Ponce Olivera, dermatóloga y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que ambas compulsiones dependen de la personalidad de cada quien, además de que están asociadas, y se caracterizan porque el paciente presenta lesiones autoinfligidas para satisfacer una necesidad psicológica sin que sea consciente de ello.

Estos padecimientos son más frecuentes de lo que pensamos, puesla experta asegura que “todos la padecen en algún momento de la vida”.

Tanto la onicofagia como la onicotilomanía son enfermedades ligadas al estrés, y según la especialista, se presentan en niños muy pequeños, adolescentes, jóvenes y adultos. Aunque, la onicofagia a veces se presenta en niños con un trastorno obsesivo-compulsivo o en niños que son abusados, sufren “bullying” u hostigamiento.

Sin embargo, padecer este tipo de compulsiones también es una llamada de atención en casos en los que los niños sufren abandono o atraviesan un duelo por la muerte de sus abuelos, o si sus padres se están divorciando o alguno de los dos es violento.

En el caso de los adultos la onicofagia puede ser causada por la pérdida de empleo, el duelo por la muerte de algún familiar o simplemente por un extremo estrés cotidiano.

La dermatóloga indicó que estas enfermedades afectan la estética de las uñas y pueden lesionar los labios y el sistema digestivo, ya que las uñas están formadas por un tejido con queratina que es duro y que al cortarlas con los dientes algunas quedan con diferentes aristas, picos o filos, modificando la arquitectura normal de las uñas.

Además, la onicofagia puede complicarse, ya que en la boca hay bacterias y hongos que pueden causar perionixis.

La Pseudomona es la bacteria más común, así como el hongo Candida, que es una levadura, pueden infectar la periferia de la uña, causando una inflamación.

Aunado a ello, dijo, puede haber “infecciones sobreagregadas” en la cavidad oral.

La experta de la UNAM indicó que quienes padecen esta enfermedad debe buscar ayuda con el dermatólogo y el psiquiatra o el psicólogo en terapias breves.

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Por ADX

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