
Alcaldes de Almoloya del Río y Santa Cruz Atizapán Se Reúnen para Delimitar Fronteras y Tensiones Vecinales
**Almoloya del Río, Estado de México.-** En un esfuerzo por desentrañar las crónicas disputas territoriales que han tensionado las relaciones entre comunidades vecinas, los alcaldes de Almoloya del Río, Óscar Galán Flores, y de Santa Cruz Atizapán, Emilio Salas Perea, sostuvieron este martes una reunión de trabajo centrada en el análisis y posible resolución de los límites municipales. El encuentro, realizado en camino viejo a Santiago, busca mediar en un conflicto que ha escalado en los últimos meses, con señalamientos mutuos de provocaciones que amenazan con generar desmanes entre pueblos colindantes.
La sesión, que duró cerca de tres horas, abordó específicamente las zonas limítrofes en el Camino Viejo a Santiago, un trayecto rural que ha sido epicentro de riñas y reclamos por la posesión de terrenos agrícolas y accesos viales. Fuentes cercanas a la mesa de diálogo revelaron que Galán Flores insistió en la necesidad de una demarcación técnica imparcial, invocando documentos históricos y mapas catastrales para respaldar las pretensiones de Almoloya del Río. «Nuestro compromiso es con la paz social; no permitiremos que ambiciones ajenas siembren discordia en familias que han convivido por generaciones», declaró el alcalde almoloyense al término de la cita, en alusión velada a las acciones de su contraparte.
Por su parte, Emilio Salas Perea defendió las posturas de Santa Cruz Atizapán, argumentando que cualquier ajuste debe respetar «los derechos ancestrales de nuestras comunidades». Sin embargo, el encuentro no estuvo exento de fricciones: testigos reportaron intercambios acalorados cuando se mencionaron incidentes recientes, como la riña de junio pasado en San Miguel —donde elementos de ambos municipios intervinieron para contener un enfrentamiento por invasiones territoriales— y presuntas movidas políticas de Salas para avivar el descontento entre residentes del Camino Viejo a Santiago. «Emilio ya está moviendo fichas para que haya desmanes entre pueblos vecinos; esto no es diálogo, es estrategia», denunció un vecino anónimo de Almoloya del Río, quien participó como observador comunitario.
El conflicto limítrofe entre estos dos municipios del Valle de Toluca no es nuevo. En mayo de 2024, un informe de El Editorialista ya alertaba sobre «peleas de terrenos» en la frontera, exacerbadas por la falta de una delimitación oficial desde hace décadas. Autoridades estatales, como la Secretaría de Gobierno, han mediado en ocasiones previas, pero la escalada de tensiones —incluyendo bloqueos informales y quejas ante la Fiscalía— ha puesto en jaque la convivencia diaria de cientos de familias dedicadas a la agricultura y el comercio local.
Ambos ediles acordaron formar un Comité Binacional de Límites, con participación de peritos del Instituto de Geografía y Estadística Nacional (INEGI), para realizar un levantamiento topográfico en las próximas semanas. Mientras tanto, se exhorta a la población a abstenerse de acciones unilaterales que puedan derivar en violencia. «La solución pasa por el respeto mutuo y la intervención técnica, no por el revanchismo político», enfatizó Galán Flores, quien anunció que presentará el acta de la reunión ante el Congreso mexiquense para buscar respaldo legal.
Este diálogo representa una ventana de oportunidad para resolver un diferendo que, de no atenderse, podría replicar los episodios de confrontación vistos en junio de 2025, cuando una ceremonia religiosa en la zona limítrofe derivó en un altercado contenido por fuerzas policiales. La comunidad espera que esta iniciativa marque el fin de una saga de desconfianzas y el inicio de una colaboración genuina en beneficio de los habitantes de ambos lados de la frontera.

