Yo no sé si es efectivo o es vago, pero según datos históricos que yo recogí, las tribus del pueblo salieron del norte de Aztlán, pues estaban esclavos de los aztlanejos. De allí salieron peregrinando. Salieron para abajo, llegaron a Michoacán. Allí dejaron tribus. De allí se vinieron a Malinalco. Cada cincuenta años hacían una gran luminaria, grandísima, en memoria de esos cincuenta años que cumplían de peregrinar. Bueno, y de Malinalco se vinieron para acá. ¿Serán datos efectivos, datos veraces…? Dicen que los primeros llegaron a Mezapa, buscando agua, sufrían de falta de agua. Se dejaron venir por aquí y encontraron agua… ¡Pues les encantó!
Pero dicen que pasaban unas tempestades… ¡pero tempestades! ¿En qué tiempos? Eso sí quién sabe en qué tiempo, en qué siglo. Entonces tuvieron miedo y dicen que se fueron a vivir un tiempo a Tlilac, que por eso dejaron de recuerdo ese pozo, de que allá vivían. También está otro pozo en Uexotépetl (que quiere decir «cerro de huejotes»), y hay otro en el punto llamado Quejtépetl (que quiere decir «cerro en que llueve»). Por allá vivieron, por la carestía del agua. Yo creo que ya eran hartitos los que vinieron a vivir al pie de Cuáhuatl, pero no he ido a ver si hay alguna cosa por allá, pa’ saber. Yo nunca he sido curioso de ir a ver las cosas y como no tengo terrenos por allá, pues qué voy a “pelar”: los vecinos de allá dirán «Este viene a explorar para robar».

Entonces al pie del cerro, del Cuáhuatl pa’ acá, observaban nuestros antecesores el lugar, observaban nomás, dónde podrían vivir, por tantas crecientes de las tormentas que pasaban en los montes. Entonces, lo primero que pensaron fue en la iglesia, pero no esta iglesia [de ahora] y aquí la plantaron en este lugar que estaba libre de las crecientes. Aquí fundaron la iglesia, a quien fue esa diosa de nombre Tepocilama, que significa «fierro viejo». Y al templo y especialmente a la ídola, los destruyeron ya después de la conquista, en 1549, pues los padres [católicos] vinieron a los veinticinco años de la conquista.

De ahí el resto de los aztecas se fueron a México, o sea a fundar a Tenochtitlán. Pero ya después siempre se acordaron de sus tribus y siempre tenían alianzas con ellos, los aztecas con los del pueblo de aquí de nosotros. Y quién sabe dónde tenían más aliados, pues decían que hubo un tiempo en que dominaron a treinta y cinco pueblos. ¿En qué tiempo? Quién sabe; no se sabe.[1]
Margarito Gaspar Hernánd

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